Por: Doralicia Carmona, historiadora.
Sin previa declaración de guerra, cuarenta y un barcos norteamericanos bombardean el puerto de Veracruz y a las once y media de la mañana los primeros soldados estadounidenses inician el desembarco. El ejército federal al mando del general Gustavo Maas, leal a Huerta, ha evacuado la plaza, pero los alumnos de la Escuela Naval, alentados por el comodoro Manuel Azueta, organizan una heroica defensa, improvisan barricadas y cada cadete recibe 250 cartuchos. El fuego se generaliza a la una de la tarde.
La escuela es bombardeada desde el barco Prairie y ametrallada desde las lanchas norteamericanas. A las cinco, los invasores llegan al centro de la ciudad y a las siete, la escuela es evacuada ante su avance incontenible.
Destaca la acción valerosa del teniente José Azueta, de 19 años, quien con una ametralladora enfrenta a los invasores aun herido en una pierna hasta que dos impactos más le hacen caer; así como la del cadete Virgilio Uribe, que en la lucha recibe una bala de fusil en la frente que le destroza el cráneo y muere instantáneamente. Como éstos hay muchas víctimas y son muchos los actos de heroísmo también de civiles como José Gómez Palacio, Cristóbal Martínez y otros más. Después de varias horas de combate, las fuerzas invasoras ocupan completamente la ciudad. El almirante Fletcher decreta la ley marcial, interviene los servicios públicos y ocupa la aduana.
Al otro día, 22 de abril, los barcos San Francisco y Chester bombardean nuevamente la escuela naval porque ignoran que ha sido evacuada y Fletcher, enterado de que José Azueta agoniza, envía un cirujano a atenderlo. Pero el joven marino rechaza la ayuda: “¡que se larguen esos perros, no quiero verlos! Morirá el 10 de mayo siguiente.
Meses antes, con el pretexto de proteger a los ciudadanos extranjeros y sus bienes, el presidente Wilson propone a Carranza que mientras dure la lucha contra Huerta, decrete la separación del norte de México del resto del país. Carranza rechaza la intromisión, pero tampoco Estados Unidos reconoce el gobierno de Victoriano Huerta, quien hace todo para lograr ese reconocimiento. Wilson envía a John Lind para convencer a Huerta que convoque a elecciones en las que él no debe ser candidato. A finales de 1913, los ciudadanos norteamericanos salen de México, pero su flota se sitúa frente a Veracruz y Tampico. Le preocupa a Washington la cercanía del gobierno de Huerta con Inglaterra y con los bancos europeos que le brindan apoyo económico.
En ese ambiente tenso, el pretexto para la intervención se presenta cuando el 9 de abril de 1914 en Tampico, desembarcan en una lancha algunos marineros armados y un oficial del buque Dolphin supuestamente en busca de gasolina, los cuales son detenidos por la guarnición huertista del general Ignacio Morelos, quien los libera de inmediato y les ofrece disculpas. El almirante H. Mayo no se da por satisfecho con las excusas que se le ofrecen y pide disculpas oficiales, castigo al autor de la detención, honores a su bandera y un saludo de 21 salvas. Huerta ordena que después de honrar a la bandera estadounidense se haga otro tanto con la mexicana; no hay acuerdo y sigue la discusión.
En estos momentos, el almirante Fletcher, comandante de la flota en Veracruz, avisa que el barco alemán "Ipiranga" está a punto de arribar a las costas veracruzanas con un cargamento de armas y parque destinado al gobierno de Victoriano Huerta, y este día 21 de abril, recibe por telegrama la orden: " Apodérese de la Aduana. No permita la entrega de material de guerra al gobierno de Huerta o cualquier otra persona". Es así como procede a tomar el puerto.
El hecho tratará de ser utilizado por Huerta para convocar a la unidad en defensa de la nación, al mismo tiempo aceptará la mediación de Argentina, Brasil y Chile en las conferencias de paz de Niagara Falls, Canadá. Por su parte, Carranza rechazará la intervención extranjera en asuntos internos y enviará una nota a Estados Unidos en la que invita al gobierno de Wilson a cesar su hostilidad y a plantear sus reclamaciones por la vía diplomática. Las tropas invasoras se retirarán de Veracruz hasta el 23 de noviembre siguiente.
La escuela es bombardeada desde el barco Prairie y ametrallada desde las lanchas norteamericanas. A las cinco, los invasores llegan al centro de la ciudad y a las siete, la escuela es evacuada ante su avance incontenible.
Destaca la acción valerosa del teniente José Azueta, de 19 años, quien con una ametralladora enfrenta a los invasores aun herido en una pierna hasta que dos impactos más le hacen caer; así como la del cadete Virgilio Uribe, que en la lucha recibe una bala de fusil en la frente que le destroza el cráneo y muere instantáneamente. Como éstos hay muchas víctimas y son muchos los actos de heroísmo también de civiles como José Gómez Palacio, Cristóbal Martínez y otros más. Después de varias horas de combate, las fuerzas invasoras ocupan completamente la ciudad. El almirante Fletcher decreta la ley marcial, interviene los servicios públicos y ocupa la aduana.
Al otro día, 22 de abril, los barcos San Francisco y Chester bombardean nuevamente la escuela naval porque ignoran que ha sido evacuada y Fletcher, enterado de que José Azueta agoniza, envía un cirujano a atenderlo. Pero el joven marino rechaza la ayuda: “¡que se larguen esos perros, no quiero verlos! Morirá el 10 de mayo siguiente.
Meses antes, con el pretexto de proteger a los ciudadanos extranjeros y sus bienes, el presidente Wilson propone a Carranza que mientras dure la lucha contra Huerta, decrete la separación del norte de México del resto del país. Carranza rechaza la intromisión, pero tampoco Estados Unidos reconoce el gobierno de Victoriano Huerta, quien hace todo para lograr ese reconocimiento. Wilson envía a John Lind para convencer a Huerta que convoque a elecciones en las que él no debe ser candidato. A finales de 1913, los ciudadanos norteamericanos salen de México, pero su flota se sitúa frente a Veracruz y Tampico. Le preocupa a Washington la cercanía del gobierno de Huerta con Inglaterra y con los bancos europeos que le brindan apoyo económico.
En ese ambiente tenso, el pretexto para la intervención se presenta cuando el 9 de abril de 1914 en Tampico, desembarcan en una lancha algunos marineros armados y un oficial del buque Dolphin supuestamente en busca de gasolina, los cuales son detenidos por la guarnición huertista del general Ignacio Morelos, quien los libera de inmediato y les ofrece disculpas. El almirante H. Mayo no se da por satisfecho con las excusas que se le ofrecen y pide disculpas oficiales, castigo al autor de la detención, honores a su bandera y un saludo de 21 salvas. Huerta ordena que después de honrar a la bandera estadounidense se haga otro tanto con la mexicana; no hay acuerdo y sigue la discusión.
En estos momentos, el almirante Fletcher, comandante de la flota en Veracruz, avisa que el barco alemán "Ipiranga" está a punto de arribar a las costas veracruzanas con un cargamento de armas y parque destinado al gobierno de Victoriano Huerta, y este día 21 de abril, recibe por telegrama la orden: " Apodérese de la Aduana. No permita la entrega de material de guerra al gobierno de Huerta o cualquier otra persona". Es así como procede a tomar el puerto.
El hecho tratará de ser utilizado por Huerta para convocar a la unidad en defensa de la nación, al mismo tiempo aceptará la mediación de Argentina, Brasil y Chile en las conferencias de paz de Niagara Falls, Canadá. Por su parte, Carranza rechazará la intervención extranjera en asuntos internos y enviará una nota a Estados Unidos en la que invita al gobierno de Wilson a cesar su hostilidad y a plantear sus reclamaciones por la vía diplomática. Las tropas invasoras se retirarán de Veracruz hasta el 23 de noviembre siguiente.
ASÍ FUE EL 21 DE ABRIL DE 1914.
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