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Mostrando las entradas de octubre 19, 2025

Un día cualquiera: El aro de luz

Por Rebeca Jiménez  Laura ajustó el aro de luz con un gesto casi maternal. La intensidad debía ser exacta: suficiente para disimular las ojeras, pero no tanto como para delatar la palidez que el insomnio le había dejado. En el reflejo de la pantalla, su rostro parecía más terso, más joven. Se sonrió un poco, sin creerlo del todo. Había aprendido a encenderse cada mañana para su público, aunque el cuerpo se negara. “Hola, mis bellas, hoy vamos a hablar del tono perfecto de base para piel latina…”, decía, con voz suave y mirada dirigida al punto exacto de la cámara. En su cuarto de paredes color durazno, cada objeto tenía un propósito: la vela aromática que no encendía, las flores artificiales que nunca se marchitaban, el espejo circular sin huellas, las luces que no permitían sombras. Afuera, el mundo era otro. Las luces frías del celular eran más cálidas que las conversaciones con los hombres que iban y venían, con quienes nunca lograba sostener algo más allá del brillo de unas ...

Historias perdidas: Don Joaquín y su imán milagroso

Por El Perrochinelo Dicen que cada quien tiene su imán para la vida. Don Joaquín, literal, sí lo tiene. Un pedazo de imán redondo, amarrado con un hilito viejo que alguna vez fue cordón de zapato, con el desde hace veinte años se dedica a recorrer las calles buscando pedacitos de metal. Tuercas, clavos, tornillos, rondanas… lo que caiga. Él dice que todo sirve, que el metal es como la gente: aunque esté oxidado, todavía tiene peso. A sus setenta y tres años, Don Joaquín ya no corre, pero camina con paso firme, como quien ya conoce el ritmo de la ciudad. Sale temprano, cuando apenas se asoma el sol entre los cables y los tinacos. “Pa’ ganarle al tráfico y al calor”, dice. Con su morralito colgado al hombro, se lanza de la colonia Doctores hasta llegar a los límites de la Obrera, y de ahí se sigue al rumbo de la Morelos. Lo saludan las de los tamales, los de la refaccionaria, los mecánicos que ya lo conocen de años. —¿Qué tranza, Don Joaquin? ¿A recoger fierros otra vez? —le grita uno...

Resonancias: Trump vs el mundo

Por TPS Donald Trump no es un político, sino un espejo deformado de lo que el poder imperial siempre fue. Su estilo grotesco, su bravuconería y sus amenazas abiertas no son una anomalía dentro de la política estadounidense; son, más bien, la sinceridad brutal del sistema. Lo que antes se disfrazaba con diplomacia, él lo dice sin filtro. Y eso, paradójicamente, lo hace tan peligroso como revelador. Desde que volvió a ocupar el centro del escenario político, Trump ha retomado sus viejas estrategias: amenazas militares, choques comerciales y discursos nacionalistas que apelan al resentimiento de su base interna. Lo vimos cuando anunció el despliegue de su flota cerca de Venezuela, como si el Caribe fuera todavía su patio trasero. Aquella maniobra no tenía ningún objetivo realista más allá del espectáculo político. No se trataba de “defender la salud de los norteamericanos”, sino de reafirmar el dominio histórico de Estados Unidos sobre América Latina, ese viejo reflejo colonial que consi...

Texto invitado: Cuarto piso

Por Félix Ayurnamat Alberto dejó el café sobre el borde de la máquina. No servía bien: el agua salía tibia, el azúcar se atoraba en la ranura, y aun así lo compraba cada mañana. Era parte del horario. Café tibio a las siete de la tienda de conveniencia frente al hospital, visita de los doctores a las ocho, cambio de turno a las nueve. Ya no le pedían el "carnet". Ni en la entrada ni en los pisos. Lo saludaban con la cabeza, como se saluda a los que siempre están ahí. Los guardias sabían que iba al cuarto 317, aunque la placa ya casi no se leía. La primera semana había sentido vergüenza de no entender nada. Las puertas, los códigos, los pasillos que parecían repetirse. Ahora sabía cuándo un elevador se detenía entre pisos, cuándo una enfermera se quedaba dormida en la estación, o cuándo el doctor Morales traía malas noticias porque no pedía café. En el cuarto, su madre dormía casi todo el tiempo. A veces abría los ojos y lo miraba, sin decir nada. Él hablaba igual: con fra...