Por Ana Laura Alva Pulido El Hangul (한글) , el alfabeto coreano, no es solo un sistema de escritura: es un símbolo de identidad, ingenio y resistencia cultural. Su historia se entrelaza con los procesos sociales, políticos y filosóficos de Corea, marcando una revolución intelectual que cambió para siempre la forma en que un pueblo se comunicó consigo mismo y con el mundo. Durante siglos, los coreanos dependieron del sistema de escritura chino (Hanja) para registrar su lengua. Sin embargo, esta práctica resultaba inaccesible para el pueblo común, pues solo la élite aristocrática (los yangban ) tenía educación suficiente para dominar los complejos caracteres chinos. En el siglo XV, el Rey Sejong el Grande (세종대왕) del reino Joseon reconoció esta desigualdad y decidió crear un sistema más sencillo, fonético y propio de su nación. En 1443 , reunió a un grupo de eruditos del Jiphyeonjeon (집현전) —la “Casa de la Sabiduría”— y juntos desarrollaron el Hunminjeongeum (훈민정음) , ...