Sería interesante hacer la historia de las bofetadas que ha sufrido el género humano a través de los siglos. Muchas personas habrán visto, en varios periódicos del mundo, una de las más recientes y no de las menos humillantes: el menú de la cena ofrecida en semanas pasadas a los representantes del G-8 en ese pueblo japonés cuyo nombre nunca aprenderé a pronunciar. Los señores que devoraban esas fabulosas exquisiteces habían venido a discutir... sobre el hambre en el mundo. ¿Cómo no pensar en la famosa frase de María Antonieta “Si no tienen pan, que coman pasteles”? En otros tiempos, un escarnio tan cínico como ése podía provocar toda una revolución que cambiaría al mundo. Hoy es otra cosa: los motines públicos los realizan los patrones (empresarios camioneros o terratenientes), mientras que los explotados se portan muy bien. También habrán escuchado muchos una salida que, en cualquier región de Europa, es difícil que no se le haya ocurrido a alguien: la que dice que la jornada de 65 ho...