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Mostrando las entradas de febrero 9, 2025

LA CRÓNICA DEL DÍA: Mi día menos favorito del año

Querido Félix, mi único y verdadero confidente (y el único ser humano que soportó sin querer asesinar (a veces)): ¿Cómo estás? Bueno, en realidad no me importa, pero como es costumbre, pregunto por pura formalidad. Espero que no estés celebrando el 14 de febrero, porque si lo haces, tendré que reconsiderar nuestra amistad. Ya sabes cómo me siento respecto a esa fecha: una trampa comercial diseñada para hacer que la gente se sienta miserable, ya sea porque están solos o porque están atrapados en una relación que probablemente odian. Pero, en fin, no voy a empezar esta carta con una diatriba sobre el capitalismo romántico (aunque podría, y lo haré luego). Hoy, en cambio, te voy a contar por qué el 14 de febrero es mi día menos favorito del año, y cómo una vez, en un arrebato de estupidez adolescente, caí en la trampa de intentar ser "normal". Y si, fue un verdadero desastre. ¿No se sí recuerdas que una vez te mencioné que intenté ser "normal"? Sí, yo también me río de...

CRÓNICAS PERRAS: El día del amor y la amistad

Por El Perrochinelo ¿Qué tranza, mi bandita enamorada y hasta los forever alone que se niegan a caer en esta onda mercadotécnica? Aquí su carnal el Perrochinelo, el perro callejero más romántico del barrio, reportándose para contarles cómo se vive el Día del Amor y la Amistad desde el mero asfalto chilango. Porque sí, aunque no lo crean, hasta un lomito con patas de suela de llanta tiene corazón y le late ver el cotorreo que se arma cada 14 de febrero. Desde temprano, los morritos de la secu y la prepa andan bien emocionados, cargando ramos de flores bien originales… ¿flores? ¡Nel, banda! ¡Ahora traen ramos de Hot Wheels, papitas y dulces! ¡Pura innovación chilanga! Te encuentras a los chavitos corriendo por las calles con bolsas de celofán llenas de galletas de animalito, chocolates derretidos y esas cartitas llenas de emojis cursis que te da la de adebis con sólo leerlas. Y luego, si se ponen pilas, hasta un peluche grandote que apenas cabe en el micro se llevan. Eso sí, no falta el ...

UN DÍA CUALQUIERA: La última mirada

Por Rebeca Jiménez Dayana se miró al espejo por última vez antes de caminar hacia el altar. Su rostro estaba perfectamente maquillado, pero bajo la capa de polvo y colores había una palidez que ni los tonos más cálidos podían disimular. El vestido, un marfil que parecía capturar la luz, le pesaba en los hombros como un castigo. La tela la envolvía con una presión casi asfixiante, y la realidad pesaba más que su embarazo no deseado.  Contenía el grito que llevaba semanas reprimiendo. Tenía diecinueve años, apenas podía distinguir entre la vida y el espejismo de lo que debería ser. Sabía que todos esperaban que se mostrará radiante. Su madre se lo había recordado durante semanas: "Sonríe, Dayana. La gente tiene que verte feliz." Y ahí estaba, a sus diecinueve años, caminando hacia un futuro que no había elegido, casándose con Diego, su novio de la prepa al que apenas había aprendido a querer y cuyo mayor mérito, según su familia, era el futuro prometedor que podía ofrecerle a e...

HISTORIAS PERDIDAS: El eterno retorno de Pablo

Por El perrochinelo Pablo iba con el corazón hecho un mazacote en el pecho, agarrando un sobre rosa que olía a vainilla y a desesperación. Era 14 de febrero y había decidido que ese día, por fin, le diría a Paola lo que sentía. Mejor dicho, se lo escupiría con toda su lírica nerviosa de estudiante de Artes, esas palabras que llevaba rumiando desde hacía semanas. Sabía que lo suyo no era normal. Eso de hablar hasta que se le secara la boca y repetir las cosas como disco rayado le había ganado varias huidas femeninas en el pasado. Pero Paola era distinta. Ella sí era "la buena". O eso creía él. Paola, mientras tanto, vivía otro día cualquiera. Se había puesto un labial rojo más por compromiso que por ganas, porque en la escuela todos andaban en mood "romanticón" y ella no quería ser la amarga del salón. Le caía bien Pablo, pero hasta ahí. Le daba ternura, sí, pero la misma ternura que dan los perritos que uno ve en la calle y te siguen con la mirada esperando que les ...

RUMORES: El 14 de febrero

Por Terrornauta La luna, pálida y enferma, se alzaba sobre la Ciudad de México cuando Julián, un hombre de sonrisa afilada y manos suaves de tanto prometer, salió de su departamento en la colonia Roma. Había dejado otra mujer atrás, otra promesa vacía, otro hijo sin padre. No le importaba. Nunca le había importado. En los días previos al 14 de febrero, la ciudad se llenaba de luces rosadas y globos en forma de corazón. Julián se movía entre los bares y cafés con la seguridad de un depredador en su cacería. Su voz era miel y veneno, su mirada un lazo invisible que atrapaba con dulzura. Pero entonces, algo cambió. Primero fue la sombra en los espejos, alargada, sin forma definida, observándolo. Luego, los mensajes en su teléfono que él no recordaba haber enviado: "Nos veremos pronto". No reconocía los números. A veces, en la brisa fría, oía una risa infantil que le erizaba la piel. El 13 de febrero, en la madrugada, despertó sobresaltado. Una silueta pequeña estaba a los pies d...

DESENFOQUES: Las comedias románticas.

La la land. 2016 Por Andrea Méndez Hace poco volví a ver When Harry Met Sally (1989). No sé si fue por el ritmo de los diálogos o la forma en que la cámara captura esos momentos entre Meg Ryan y Billy Crystal donde no pasa nada… pero en realidad pasa todo. Hay algo en las comedias románticas que me genera una especie de nostalgia anticipada, como si cada plano estuviera construido para recordarme que el amor es tan cinematográfico como imposible. El género ha sido acusado de predecible, idealista o hasta trivial, pero tiene una cualidad que pocos géneros poseen: la capacidad de capturar el anhelo. Y en su mejor versión, la comedia romántica no solo nos vende la ilusión del amor, sino que juega con lo visual y lo psicológico para construir una experiencia que, por un instante, se siente real. Si pensamos en los clásicos del género, hay un patrón visual recurrente: la construcción del espacio como reflejo emocional. En Notting Hill (1999), las calles de Londres se transforman con el es...

HISTORIAS DESDE EL ABISMO: Amor y miedo

Por Terrornauta La relación entre el amor y el horror es tan antigua como las propias historias de miedo, nos muestra cómo las pasiones más sublimes pueden transformarse en fuentes de angustia y desesperación. A través de las páginas de innumerables relatos, el amor se convierte en un catalizador del terror, desnudando nuestras vulnerabilidades y exponiendo los rincones más ocultos de nuestro ser. Desde los albores de la narrativa gótica, escritores como Edgar Allan Poe han explorado esta dualidad con maestría. En su poema "Annabel Lee", Poe nos sumerge en una historia de amor tan intensa que trasciende la muerte, pero que también está impregnada de una melancolía que hiela el corazón. La pérdida de la amada se convierte en una obsesión que consume al narrador, mostrando cómo el amor puede ser tanto una fuente de éxtasis como de tormento. H.P. Lovecraft, por su parte, aunque es más conocido por sus horrores cósmicos, no es ajeno a esta temática. En "El caso de Charles D...

LA CLASE: Las dos Fridas (1939) de Frida Kahlo

Las dos Fridas. 1939 Por Félix Ayurnamat Frida Kahlo, una de las artistas más representativas de México, creó Las dos Fridas en 1939, poco después de su divorcio con Diego Rivera. Este óleo sobre tela es una de sus obras más importantes, tanto por su escala como por su contenido simbólico y emocional. La pintura representa dos versiones de la artista, conectadas a través de sus corazones expuestos, lo que la convierte en una alegoría de su identidad dividida y su dolor personal. Composición La composición está dominada por las dos figuras femeninas, sentadas una al lado de la otra en un espacio indefinido. Simetría y contraste : Las figuras están dispuestas de manera casi simétrica, pero sus diferencias en vestimenta y expresión crean un contraste visual y simbólico. La Frida de la izquierda lleva un vestido blanco europeo de época, asociado a un estilo más conservador y occidental. La Frida de la derecha viste ropa tradicional mexicana, con colores vibrantes que evocan sus raíces ind...