Por Andrea Méndez 28 de mayo 2023 La figura del Conde Drácula ha cautivado la imaginación de las personas durante siglos. Desde su creación en la novela de Bram Stoker hasta su representación en innumerables películas, este icónico personaje ha sido objeto de fascinación y especulación. En la película homónima dirigida por Francis Ford Coppola (1992), el director nos sumerge en un viaje oscuro y seductor a través de la mente del vampiro, explorando los misterios de su psique. El Drácula de Coppola, interpretado magníficamente por Gary Oldman, es presentado como un ser atormentado y complejo. A medida que desentrañamos las capas de su personalidad, emergen los conflictos internos que lo impulsan hacia la noche eterna y la sed de sangre. Es en esta exploración que planteo busco las pistas para entender su comportamiento y su deseo insaciable. Uno de los conceptos más relevantes en la película es el del inconsciente. Drácula es una encarnación viva de los deseos y pasiones má...