Por TPS
(adj., sust. masc./fem. – Código DSM-Chilango: F-88.3 “Síndrome de Desgaste Total y Absoluto del Mexa Común”)
Definición clínica:
Estado físico y emocional en el que el individuo presenta un nivel de agotamiento tan profundo que parece haber sido arrojado a la vida sin desearlo, atropellado por un micro y luego obligado a trabajar horas extra sin café. El desconchiflado es esa criatura humana que camina como zombie, habla como si masticara grava y tiene el alma hecha talco.
Sintomatología Observada:
Andar de Muñeco de Trapo: Movimientos lentos, arrastrados, con articulaciones que suenan como matraca vieja.
Cansancio Vocal: Responde con monosílabos, gruñidos o un “ya estoy bien madreado” que sirve como diagnóstico instantáneo.
Facha de Sobreviviente: Ojeras de mapache triste, cabello rebelde, postura encorvada y una expresión que grita “necesito cama y electrolitos”.
Dolor Existencial Generalizado: Náusea moral, flojera espiritual y dolor de espalda que aparece sin motivo aparente.
Factores Etiológicos:
Trasnochar tres días seguidos por trabajo, fiesta o chisme.
Ser víctima de mudanzas, trámites, juntas interminables o convivios obligatorios de la oficina.
Ser adulto en cualquier parte del mundo pero especialmente en la CDMX un lunes por la mañana.
Diagnóstico Diferencial:
No es Agüitado: El desconchiflado no está triste, está destruido.
No es Paniquearse: Aquí no hay miedo, sólo el deseo de convertirse en mueble.
No es Telele: Aunque puede evolucionar a uno si alguien le pide “nomás una cosita más antes de irte”.
Pronóstico:
La recuperación es posible, pero lenta. Si la persona sigue cargando garrafones, lidiando con trámites gubernamentales o viviendo con roommates nefastos, el cuadro puede volverse crónico y transformarse en Modo Adulto Responsable, una condición irreversible.
Tratamiento Sugerido:
Administrar descanso horizontal extremo (recomendación mínima: 12 horas seguidas).
Aplicación tópica de comida casera, sueros mágicos y un masaje que nunca llega.
Suspender contacto con humanos, jefes y compromisos sociales por 48-72 horas.
Ejemplo Clínico:
“Después de cargar cajas todo el día, el pobre Julio llegó a la peda bien desconchiflado… parecía piñata después de posada.”
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