Por El Perrochinelo
¿Qué onda, raza chilanga? Hoy les vengo a echar cotorreo sobre un fenómeno que está más presente en la ciudad que el clásico tráfico de periférico a las seis de la tarde. Sí, banda, me refiero a las 'nenis', esas guerreras del emprendimiento que le han dado un giro a la economía citadina, y no, no estoy hablando de las que te venden los tamales oaxaqueños afuera del metro, aunque también tienen su mérito. Estoy hablando de esas morritas que te conectan con todo lo que necesitas, desde cosméticos coreanos hasta ropa de última moda que en el centro te saldría en un ojo de la cara.
La neta, la 'neni' es como una heroína urbana. Anda en todos lados, conectando raza, haciendo trueques, y entregando lo que necesitas, sea en un Starbucks o en las calles alrededor del metro Chabacano. Eso sí, siempre con su frasecita de cajón: "¿Dónde te acomodas, bonita?". Porque sí, la 'neni' no solo vende cosas, también te da confianza, como si fuera tu amiga de toda la vida que te va a salvar la chamba con ese regalito que olvidaste comprar.
Lo chido de las 'nenis' es que son unas masters de la organización. Arman sus redes como una telaraña: hay grupos de WhatsApp, perfiles en Instagram, y hasta colaboraciones con otras 'nenis'. Si les das cinco minutos, ya te tienen una lista de productos y te ofrecen desde envíos por paquetería hasta entregas en la puerta de tu casa. Y lo mejor de todo es que te sacan de apuros sin tanto rollo, con un trato más cercano que el que te da el señor de la tienda de la esquina. ¿Te imaginas cuántas vidas han salvado esas 'nenis' al conseguirte la crema coreana que promete quitarte diez años de encima?
Pero ojo, no te confundas. Estas chavas no solo venden cosas, también te meten en la onda del 'neni power'. Ellas son las embajadoras de esa cultura chilanga de sobrevivir con estilo y salir adelante sin andar esperando que las cosas caigan del cielo. Y no es por exagerar, pero la neni es la que sostiene la economía local más que los locales hipsters. Son las que le echan ganas y se rifan para que no te falte nada, ni a ti, ni a las miles de morritas que buscan productos que solo una 'neni' puede ofrecer.
Lo más loco de todo es que detrás de cada 'neni' hay una historia de lucha, de ganas de hacerla en grande y de demostrar que las morras chilangas no solo andan en la calle echando relajo, sino que son unas meras chingonas que saben cómo sacarle provecho a lo que tienen. Tienen más visión que muchos que se dicen empresarios, y todo desde el barrio, sin oficinas fifís ni secretarias. Eso es lo que las hace únicas: son auténticas, barrio, y se conectan contigo de una manera que las grandes cadenas jamás podrán.
Y no se diga de la forma en que manejan su chamba. Mientras algunos siguen batallando con el teletrabajo y las juntas por Zoom, las 'nenis' ya le saben al negocio digital como si hubieran nacido con un smartphone en la mano. Publican sus productos, contestan mensajes a la velocidad de la luz, y tienen más seguidores que muchos influencers que se la pasan nomás tomando fotos en la Roma. Porque, la neta, el verdadero influencer es la 'neni' que te conecta con lo que realmente necesitas, sin filtros ni poses.
Pero, aunque son una maravilla, también hay que echarles un cable y entender que no es fácil ser 'neni' en una ciudad donde todo puede pasar. Desde la clásica regada de que te dejen plantada en el metro, hasta las inclemencias del tiempo que te caen de repente. Porque sí, la 'neni' no es inmune a la lluvia, al solazo de mediodía, ni a la espera de media hora en la salida del metro porque la clienta se tardó en llegar. Pero a pesar de todo, ahí están, al pie del cañón, con una sonrisa y la disposición de ayudarte, sin dramas ni broncas.
Así que, chilangos, la próxima vez que vean a una 'neni' en acción, no solo piensen en lo que están comprando, sino en todo el trabajo y el esfuerzo que hay detrás de esa entrega. Porque la 'neni' no es solo una vendedora, es una representante de la cultura chilanga, esa que siempre encuentra la manera de salir adelante, de reinventarse y de demostrar que en esta ciudad, todos tenemos un poquito de 'neni' en el corazón.
¡Así que a seguir apoyando a las 'nenis', raza! Porque con su “voy a cerrar pedido” y su buena onda, hacen que esta ciudad sea aún más especial. Y quién sabe, a lo mejor mañana eres tú quien se convierte en la próxima 'neni' del barrio. ¡Pilas y a echarle ganas!
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