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"La ira" Félix Ayurnamat. 2023 |
6 de Agosto 2023
Estimado Félix,
Hoy me dispongo a compartir contigo una historia que nos sumerge en el fascinante mundo de aquellos individuos que, tras desatar un furioso huracán de ira, creen que por lanzar una disculpa, los demás están obligados a perdonarlos de inmediato. Como especialista de la histeria humana, me ha parecido relevante explorar este curioso comportamiento desde una perspectiva científica.
Permíteme presentarte al "Eterno Culpable". Este individuo es un maestro en el arte de desatar tormentas emocionales en las relaciones interpersonales. En cualquier discusión, él arremeterá con una furia desenfrenada, dejando a todos a su alrededor temblando de miedo. Pero, como un auténtico mago, justo cuando las cosas parecen desmoronarse, sacará su varita mágica de disculpas y lanzará un conjuro de perdón. Espera que las palabras "Lo siento" borren todos sus excesos emocionales, como si su arrebato fuera solo una travesura inofensiva.
Luego tenemos al "Amnesia Selectiva". Este personaje posee una habilidad asombrosa para olvidar por completo su arrebato de ira en cuanto pronuncia esas dos palabras mágicas: "Lo siento". Aunque haya destrozado emocionalmente a quienes lo rodean, él está convencido de que su disculpa es un poderoso amuleto que borra todos los recuerdos negativos de los demás. ¡Oh, si tan solo pudiéramos borrar los malos recuerdos con una simple disculpa!
Continuando con nuestra observación, topamos con el "Experto Justificador". Este individuo, después de estallar en ira, es capaz de crear toda una narrativa llena de razones y excusas para justificar su comportamiento. Si lo confrontas sobre su enojo desmedido, te lanzará una cascada de explicaciones enredadas, como un pulpo intentando escapar de una red. Y, por supuesto, siempre concluye con la clásica frase: "Pero lo siento, ¿Si?". Como si una disculpa disfrazada de justificación fuera suficiente para borrar todos sus errores.
Finalmente, conocemos al "Rey de la Victimización". Este personaje, tras su explosión de ira, se convierte en la víctima más desvalida del universo. Utiliza sus disculpas como una armadura para protegerse de cualquier crítica, como si su disculpa automáticamente lo absolviera de toda responsabilidad. Es como si su arrebato fuera causado por alguna fuerza cósmica imposible de controlar, y su disculpa fuera el escudo que lo protege de cualquier reproche.
Estos personajes, querido Félix, nos muestran esta extraña creencia de que una simple disculpa puede borrar las secuelas de una explosión de ira. Sin embargo, en su afán por protegerse y justificarse, olvidan que el verdadero perdón implica un cambio genuino y una responsabilidad por sus acciones.
Espero que esta carta te recuerde que debes disculparme por el último exabrupto que tuve la semana pasada.
Con una sincera disculpa
Rebeca Jiménez
La observadora de la tragedia humana.
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