La villa de Guadalupe. Fotografía de Guillermo Kahlo |
Por Félix Ayurnamat
La fotografía en México, desde su introducción en el siglo XIX hasta el inicio de la Revolución Mexicana en 1910, nos muestra una oportunidad invaluable para comprender la evolución social, cultural y política del país. Este periodo, marcado por la adopción de nuevas tecnologías y la consolidación de una identidad nacional, vio cómo la fotografía surge no solo como una herramienta documental, sino también como un medio artístico en desarrollo.
La llegada del daguerrotipo a México, poco después de su invención en Francia, marcó el inicio de la práctica fotográfica en el país. Este proceso, que producía imágenes únicas sobre placas de metal, fue rápidamente adoptado por la élite mexicana, deseosa de capturar su imagen y estatus. Los primeros retratos mexicanos reflejan los estratos más altos de la sociedad del siglo XIX y las fuerzas sociales y políticas en juego durante esta tumultuosa época.
A medida que la tecnología avanzaba, surgieron otros procesos fotográficos como el ambrotipo y el ferrotipo, que permitieron una mayor accesibilidad y diversidad en la práctica fotográfica. Estos métodos facilitaron la expansión de la fotografía más allá de las clases altas, permitiendo que sectores más amplios de la sociedad mexicana fueran representados y, en consecuencia, documentados para la posteridad.
Carlota. Fotografía de François Aubert |
Durante este periodo, varios fotógrafos, tanto nacionales como extranjeros, desempeñaron un papel crucial en la consolidación de la fotografía en México. François Aubert, fotógrafo francés, documentó la intervención francesa en México y capturó imágenes significativas del emperador Maximiliano y su entorno. Sus fotografías no solo registraron eventos históricos, sino que también ofrecieron una visión artística de la época.
Fusilamiento de Maximiliano, Miramón y Mejía. Fotografía de Agustín Péraire |
Otro fotógrafo notable fue Agustín Péraire, quien operó un estudio en la Ciudad de México durante la segunda mitad del siglo XIX. Aunque se le conoce por haber reproducido fotografías de la intervención francesa tomadas por Aubert, su trabajo contribuyó a la difusión y popularización de la fotografía en el país.
La fotografía también jugó un papel importante en la documentación de la vida cotidiana y las costumbres mexicanas. Fotógrafos como Juan de Dios Machain dejaron una extensa colección de retratos postmortem tomados en Ameca, Jalisco, desde finales del siglo XIX hasta 1930, que documentan los ritos funerarios rurales en México.
Es importante mencionar que, durante el Porfiriato, la fotografía se utilizó como una herramienta para promover la modernización y el progreso del país. Las imágenes de grandes obras de infraestructura, como ferrocarriles y edificios públicos, fueron ampliamente difundidas para proyectar una imagen de México como una nación en desarrollo y abierta a la inversión extranjera.
Guillermo Kahlo, padre de la pintora Frida Kahlo, destacó como uno de los fotógrafos más importantes del México porfiriano. Su trabajo se enfocó principalmente en la documentación arquitectónica, capturando con precisión los edificios emblemáticos del país, desde iglesias hasta estructuras gubernamentales. Contratado por el gobierno de Porfirio Díaz, Kahlo creó un registro visual del progreso arquitectónico, proyectando la modernización como un símbolo de identidad nacional. Sus fotografías, caracterizadas por una meticulosa composición y un alto nivel técnico, son tanto documentos históricos como expresiones artísticas que preservan la memoria de un México que transitaba hacia la modernidad.
Sin embargo, la fotografía de este periodo también fue una herramienta política y de manipulación. La representación de las clases populares y las comunidades indígenas a menudo estuvo mediada por la visión de los fotógrafos, quienes, en muchos casos, provenían de contextos urbanos y occidentales. Esto genera dudas sobre la autenticidad y la subjetividad en la representación fotográfica de la diversidad cultural mexicana.
Considero que la fotografía de este periodo nos ofrece una fuente importante de documentación histórica. Las imágenes capturadas no solo documentan una época, sino que también nos permite pensar cómo se construye la identidad nacional y cómo se representan las diversas realidades sociales. Al observar estas fotografías, me pregunto: ¿qué narrativas se privilegian y cuáles se omiten? ¿Cómo influyen las perspectivas de los fotógrafos en la construcción de la memoria histórica?
La fotografía artística mexicana desde el siglo XIX hasta 1910 refleja una etapa de transición y formación en la historia del país. A través de las lentes de diversos fotógrafos, se capturaron momentos que van desde la vida cotidiana hasta eventos históricos de gran relevancia.
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