26 de noviembre 2023
Hola Félix
Te escribo con la alegría que solo puedo experimentar al sentarme a escribir en mi computadora, lejos del mundanal ruido de la sociedad que tanto evito. ¿Cómo estás? Bueno, no importa, en realidad no quiero saber, pero supongo que te va tan bien como a esas niñas que se esconden en sus mundos fantásticos, yo en mi infancia lo hice en las novelas de Agatha Christie para evitar las clases de deportes y las frivolidades de las compañeras. No sé si alguna vez notaste, pero los antisociales tenemos un código de conducta secreto, en el cual prometemos nunca disfrutar de lo que los demás disfruten
Hablemos de mi querida Agatha Christie (acabo de ver la última película de Kenneth Branagh), esa maestra del crimen que me transporto durante años a una época donde las niñas eran niñas, los detectives eran detectives y los asesinatos eran... bueno, asesinatos. No como ahora, que hasta los villanos tienen que ser políticamente correctos y debemos empatizar con él. Pero volvamos a Christie y esas pequeñas fugitivas de la realidad que nos escondemos en sus historias, como si el mundo exterior fuera un campo minado de conversaciones insulsas y acciones que no cumplen con los estándares de la familia y la sociedad.
Imagino a los personajes de sus novelas, con sus faldas coquetas y miradas misteriosas, corriendo por los jardines de la mansión mientras el resto de nosotras intenta jugar al fútbol sin parecer unas patéticas incompetentes. ¿Sabes cuál era mi superpoder en la primaria? La capacidad de desaparecer en medio de una multitud, especialmente cuando el profesor de educación física estaba mirando. Es como si hubiera practicado el arte del camuflaje desde la cuna.
Otra de las cosas que odiaba en la preparatoria era el asunto de estar a la moda. ¿Te has dado cuenta de cómo las chicas de Christie nunca se preocupan por si sus vestidos están de moda o no? Ellas simplemente caminan con sus faldas de tweed como si estuvieran a la última moda parisina. En cambio, nosotras nos pasamos horas frente al espejo preguntándonos si este vestido nos hace ver "in" o "out". ¡Como si nuestra valía dependiera de las opiniones de un grupo de adolescentes con criterio cuestionable!
Pero volvamos a los personajes de Christie, A diferencia de nosotras, que nos sentimos obligadas a seguir las tendencias y ser mínimo simpaticas para encajar, ellas simplemente desaparecen en sus mundos de misterio y asesinato. ¿Quién necesita amigos cuando puedes tener una biblioteca llena de intrigas y personajes sospechosos?
Ah, Félix, la infancia con Christie era un lugar donde las preocupaciones eran simples, como descifrar un enigma mortal o descubrir quién robó la plata de la abuela. Nada de preocuparse por la popularidad en la escuela o si llevas los zapatos adecuados. Sus personajes de Christie estaban ocupados resolviendo crímenes mientras nosotras intentamos resolver el enigma de cómo sobrevivir al patio de recreo sin ser etiquetadas como "raras".
Y así, mientras yo trataba de huir de las clases de deportes y de mis compañeras, ahora he sido atrapadada en este torbellino de expectativas sociales y tendencias efímeras. Pero bueno, al menos podemos consolarnos pensando que algún día, cuando el mundo haya perdido el interés en lo "cool" y lo "trendy", seremos las que quedemos en pie. O al menos las que tengan menos arrugas.
Bueno, Félix, debo volver a mi refugio antisocial. Espero que no te haya aburrido. Nos vemos en la próxima reunión de la sociedad secreta de los que preferimos la fantasía a la realidad.
Con antisociales saludos.
Rebeca Jiménez
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