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crédito a quien corresponda |
Por TPF
Móndrigo (sust. masc./fem.): Individuo cuya alma parece haber sido forjada en el mismísimo averno, especializado en maldad gratuita, gandallez estructural y ojetez sistemática. El móndrigo no solo disfruta hacer el mal, sino que lo perfecciona como quien pule un diamante: con paciencia, constancia y saña. En el ecosistema mexicano, es esa persona que se mete en las filas, se agandalla las galletas más sabrosas en una junta y todavía te dice “¿y qué?”. Arquetipo internacional: Donald Trump.
Características diagnósticas:
Sádico funcional: Encuentra placer en ver sufrir al prójimo, pero con la clase de quien ha perfeccionado la crueldad pasivo-agresiva.
Especialista en "Me vale": Su frase de cabecera es “¿y qué?”, acompañada de una ceja levantada y una sonrisita que invita a querer darle pamba con picahielo.
Abuso estratégico: Aprovecha cada resquicio del sistema para sacar ventaja. Si puede robarse el cambio de las tortillas, lo hará.
Nivel trumpiano de cinismo: Capaz de decir mentiras evidentes con tanta seguridad que uno se cuestiona la realidad.
Resistencia al remordimiento: Posee un umbral de culpa tan bajo que podría pasar por una piedra.
Ejemplos de conducta móndriga:
– Pedir ayuda a tu cabecita blanca “porque estoy en una situación difícil, yo te ayudo con lo que pueda” y luego decir “ay, no se puede vivir contigo, porque no mejor te vas a un asilo?”, hasta que la despojas de su casa.
– Robarse los bitcoins de tus fans y todavía acusarlos de que fue la culpa de ellos.
– Sacar leyes antimigrantes mientras se casa con una migrante.
Diagnóstico diferencial:
No debe confundirse con el gandalla ocasional, que abusa por necesidad o impulso, ni con el despistado transgresor, que hace el mal por accidente. El móndrigo es metódico, planea su maldad con la precisión de un arquitecto.
Tratamiento Sugerido:
Evitar confrontaciones directas, ya que el móndrigo se alimenta de tu ira como vampiro emocional. En su lugar, aplicar la técnica del “déjalo, su propia vida es su castigo”. En casos extremos, confiar en el karma o esperar que se tropiece solo.
Pronóstico:
El móndrigo suele llegar lejos en la política, la empresa privada o como administrador de grupos de Whatsapp. Su maldad, aunque corrosiva, genera inmunidad social: después de conocer a uno, la gente aprecia más a los simples ojetes.
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