Por TPS
Argüendero:
Argüendero (sust. masc./fem.): Sujeto de alta especialización en el arte del chisme, la intriga y el drama callejero. El argüendero no se limita a escuchar rumores; los sazona, los amplifica y los distribuye con la eficiencia de una red de datos 5G. Esta condición, eminentemente de sujetos viles, combina habilidades narrativas, carencia de filtros sociales y un amor insaciable por el caos verbal.
Características diagnósticas:
1. Chismología crónica: Incapacidad de permanecer indiferente ante cualquier conversación. El argüendero detecta el chisme como un tiburón huele la sangre: a kilómetros de distancia.
2. Tendencia incitadora: Provoca conflictos con frases como “¿y tú qué vas a dejar que te diga eso?” o “yo nomás digo lo que me contaron, eh”. Siempre pone el cerillo en la gasolina.
3. Presencia estratégica: El argüendero siempre está "casualmente" en el lugar correcto para escuchar lo indebido y luego lo difunde en tiempo récord.
4. Peleonerismo sociable: Disfruta de discusiones que no lo involucran directamente, pero siempre echa más leña al fuego con frases como “yo que tú no me quedaba callado”.
5. Memoria selectiva: Es experto en recordar detalles que le convienen, omitiendo partes clave para maximizar el impacto del chisme.
Ejemplo de conducta argüendera:
– Comentar en una fiesta: “No sé si te contaron, pero dijeron que tú... bueno, yo no me meto”.
– Organizar una pelea verbal en la vecindad con un “fulanita dijo que no haces bien los tamales, eh, nomás digo”.
Diagnóstico diferencial:
El argüendero no debe confundirse con el informador casual, que simplemente comparte datos irrelevantes, ni con el metiche profesional, quien se involucra activamente pero sin el talento narrativo ni la malicia calculada del argüendero.
Tratamiento sugerido:
La intervención consiste en distraer al argüendero con tareas que consuman su energía, como organizar una fiesta sorpresa o idear nombres para el nuevo grupo de WhatsApp. En casos severos, el uso de memes que le quiten seriedad al chisme puede ser eficaz para desinflar su entusiasmo.
Pronóstico:
Aunque su capacidad de generar caos es alta, el argüendero rara vez enfrenta consecuencias directas, pues siempre tiene el comodín del “yo nomás digo”. Con el tiempo, la sociedad desarrolla mecanismos inmunitarios para neutralizarlo, como la indiferencia colectiva o el bloqueo preventivo en redes sociales.
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