Chípil (del náhuatl chipiltontli) se refiere a un estado psicológico temporal pero intensamente melancólico, caracterizado por una sensación de tristeza inexplicable, combinada con una susceptibilidad emocional que raya en lo teatral. El individuo que sufre de "chípil" parece tener un contrato no verbal con la nostalgia, entrando en un ciclo de quejas, suspiros y una predisposición a recibir mimos y atención desproporcionada.
Características diagnósticas:
- Melancolía caprichosa: La persona en estado chípil siente una tristeza profunda por razones que van desde la falta de atención, hasta el cambio de clima o la caída de una hoja de árbol particularmente bonita.
- Hipersensibilidad dramática: Cualquier comentario o acción, por insignificante que sea, puede desencadenar una reacción emocional desproporcionada, que incluye ojos vidriosos, labios temblorosos y, en casos extremos, lágrimas.
- Necesidad de mimos: El chípil implica una búsqueda constante de consuelo y atención, con un anhelo incesante de que alguien lo mime, lo consuele y lo convenza de que, en realidad, todo está bien (aunque la persona chípil esté segura de que no lo está).
- Inexplicabilidad aguda: Cuando se le pregunta al chípil "¿Qué tienes?", la respuesta más común es "No sé...", seguida de un suspiro largo y lleno de significado, que deja al interlocutor con la sensación de estar tratando de resolver un enigma emocional insondable.
Diagnóstico diferencial:
Es importante diferenciar el chípil de otros estados emocionales como la tristeza legítima o la depresión clínica. Mientras que la tristeza tiene una causa clara y la depresión es persistente, el chípil es caprichoso y generalmente dura lo que tarda en aparecer una fuente de distracción o su comida favorita.
Tratamiento sugerido:
El mejor tratamiento para el chípil es una combinación de abrazos, comida reconfortante (preferiblemente con algo de chocolate), y una atención temporal pero intensa. En casos resistentes, una cachetada emocional puede ser útil.
Pronóstico:
El chípil es un trastorno de corta duración con tendencia a desaparecer tan misteriosamente como apareció, generalmente sin dejar secuelas, aunque puede reaparecer en cualquier momento, especialmente en antes del cumpleaños del enfermo o cuando alguien más recibe más atención.
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