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"La hora de descanso" Félix Ayurnamat 2015 |
17 de septiembre 2023
Querido Félix
En estos días, he estado pensando sobre el concepto de "vacaciones". Puede parecer que son la respuesta a nuestro merecido esfuerzo, pero en realidad forman parte de una maquinaria bien aceitada de explotación laboral. ¿No resulta sorprendente cómo nuestras ansias de "tiempo libre" son cuidadosamente dirigidas por nuestros empleadores y jefes?
Comencé por preguntarme: ¿qué significan realmente las vacaciones? ¿Son un regalo merecido por nuestro arduo trabajo o una pausa necesaria para recargar energías? Irónicamente, la respuesta en la mayoría de los casos es que las vacaciones se han convertido en un ciclo interminable de trabajo y consumismo. Pasamos la mayor parte del año inmersos en empleos que apenas nos permiten llegar a fin de mes, solo para gastar lo que queda en escapar de esas mismas rutinas laborales.
En lugar de ser un acto de liberación personal, nuestras vacaciones a menudo están dictadas por las fechas de vencimiento de proyectos y las restricciones impuestas por los calendarios laborales. Planeamos nuestras salidas en función de cuándo podemos tomar un respiro de la implacable rueda de trabajo, en lugar de cuándo realmente anhelamos desconectar y explorar el mundo.
Y qué decir de la industria de las vacaciones, que se nutre de nuestras ansias de escapar de la rutina. Desde las aerolíneas hasta los hoteles y las agencias de viajes, todos se benefician de nuestra necesidad de escapar, cobrándonos tarifas exorbitantes por la ilusión de la libertad temporal. Nos prometen paraísos terrenales, pero a menudo nos encontramos atrapados en lugares abarrotados de turistas, donde el estrés de las vacaciones supera al del trabajo.
Además, está el fenómeno del "síndrome postvacacional", que a menudo resulta más aterrador que el trabajo en sí. Después de disfrutar unas semanas de relativa libertad, nos enfrentamos a la cruda realidad de volver a la rutina. Las vacaciones se convierten en una droga, y la crisis de ansiedad se desata al regresar a la oficina.
Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto? En lugar de caer en el ciclo de consumo vacacional, podríamos comenzar a cuestionar nuestra relación con el trabajo y el tiempo libre. Tal vez sea hora de buscar un equilibrio más saludable, donde las vacaciones sean un medio para disfrutar de la vida en lugar de una mera vía de escape temporal de la monotonía laboral.
Se despide de ti, la que no tuvo vacaciones.
Rebeca Jiménez.
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