Por Terronauta
En los últimos diez años, el cine de terror ha excavado en las grietas más oscuras de la condición humana, encontrando en la vejez y la demencia un fértil terreno para sembrar semillas de horror existencial. No son simples metáforas, sino espejos rotos que reflejan nuestros miedos más íntimos: la pérdida de la identidad, la corrosión de la memoria y la certeza de que, tarde o temprano, todos seremos devorados por las sombras del tiempo. Este análisis no es solo un catálogo de películas, sino un viaje a los paisajes desolados donde la mente humana se desintegra, arrastrándonos a un abismo que huele a medicinas, humedad y olvido.
“The Taking of Deborah Logan” (2014) es un presagio de esta tendencia. Aquí, la demencia no es solo una enfermedad, sino un portal a lo arcaico. Deborah, una anciana que olvida su nombre y su rostro, se transforma en un vehículo para fuerzas ancestrales. Su deterioro cognitivo se entrelaza con rituales ocultos, como si la enfermedad fuera una cerradura que, al romperse, libera monstruos dormidos en el subconsciente colectivo. La cámara documental, fría y clínica, contrasta con las visiones de cuerpos retorcidos y bocas desencajadas, recordándonos que el verdadero horror no está en lo sobrenatural, sino en la fragilidad de nuestra cordura.
"Relic" (2020): El eco de la decadencia
Dirigida por Natalie Erika James, "Relic" es una obra que encapsula el terror de la demencia a través de una lente sobrenatural. La historia sigue a Edna, una anciana que desaparece misteriosamente, lo que lleva a su hija Kay y a su nieta Sam a buscarla en su deteriorada casa familiar. Cuando Edna reaparece sin explicación, su comportamiento errático y la presencia de una oscura mancha de moho en la casa sugieren una conexión entre la descomposición física del hogar y el deterioro mental de Edna. La película utiliza la casa como metáfora del cuerpo y la mente que se desmoronan, creando una atmósfera opresiva que refleja la angustia de perderse en los laberintos de la demencia.
"The Father" (2020): Un descenso al abismo de la mente
Aunque "The Father", dirigida por Florian Zeller, se enmarca más en el género dramático, su representación de la demencia posee una cualidad terrorífica innegable. Anthony Hopkins interpreta a un hombre que lucha contra la pérdida de memoria y la desorientación, mientras su hija Anne, interpretada por Olivia Colman, intenta cuidarlo. La narrativa fragmentada y la alteración de la percepción temporal sumergen al espectador en la confusión del protagonista, evocando una sensación de horror existencial al enfrentarnos a la fragilidad de la mente humana.
"The Rule of Jenny Pen" (2025): Marionetas de la locura
En "The Rule of Jenny Pen", dirigida por James Ashcroft, Geoffrey Rush interpreta a Stefan Mortensen, un juez retirado que, tras sufrir un derrame cerebral, es ingresado en un hogar de ancianos. Allí conoce a Dave Crealy, interpretado por John Lithgow, un residente que utiliza una inquietante marioneta llamada Jenny Pen para aterrorizar a los demás. La película explora la vulnerabilidad de los ancianos en instituciones de cuidado y cómo la demencia puede ser manipulada para sembrar el caos y el miedo. La presencia de la marioneta simboliza la pérdida de control y la sensación de ser manejado por fuerzas externas, reflejando las luchas internas de quienes padecen deterioro cognitivo.
"Nocturna: Side A – The Great Old Man’s Night" (2021): Fantasmas del pasado
Esta película argentina, dirigida por Gonzalo Calzada, presenta a Ulises, un nonagenario que enfrenta una noche llena de eventos sobrenaturales y recuerdos que resurgen. La narrativa se sumerge en la mente de Ulises, donde la línea entre la realidad y la alucinación se difumina, representando de manera poética y aterradora la experiencia de la demencia y la soledad en la vejez. La película es un retrato conmovedor de cómo los fantasmas del pasado pueden atormentar a quienes están al final de su vida.
"The Substance" (2024): La obsesión por la juventud eterna
Dirigida por Coralie Fargeat, "The Substance" narra la historia de Elisabeth Sparkle, una exestrella de Hollywood interpretada por Demi Moore, que recurre a una sustancia milagrosa para recuperar su juventud. Sin embargo, este elixir tiene consecuencias inesperadas, dando lugar a Sue, una versión más joven de sí misma interpretada por Margaret Qualley. La película aborda la desesperación por aferrarse a la juventud y la identidad en una sociedad que margina a las mujeres mayores, explorando los horrores que surgen cuando se desafían los límites naturales del envejecimiento.
Ecos sombríos de la mente y el tiempo
El cine de terror contemporáneo ha encontrado en la vejez y la demencia una fuente inagotable de inquietud y reflexión. Estas películas no solo buscan asustar, sino también iluminar las profundidades de la condición humana, enfrentándonos a la realidad inexorable del paso del tiempo y la fragilidad de nuestra percepción. Al explorar estos temas, el género nos invita a mirar más allá de lo sobrenatural, hacia los verdaderos horrores que acechan en las sombras de nuestra propia existencia.
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