Por Félix Ayurnamat
En la actualidad, donde la tecnología y lo virtual imperan, se vuelve esencial pensar sobre la importancia de fomentar las artes plásticas en la infancia como una herramienta fundamental para su desarrollo integral y su papel en la sociedad. Desde mi experiencia, yo destacaría la relevancia social de las artes, especialmente de las expresiones plásticas, en la formación de seres humanos comprometidos, críticos y sensibles a la diversidad cultural.
Desde temprana edad, todos los niños manifiestan una innata inclinación hacia la creatividad y la expresión artística. El arte nos brinda la oportunidad de desarrollar nuestra imaginación, explorar nuevas formas de comunicarnos y comprender el mundo que nos rodea. Al promover las artes plásticas desde la infancia, se puede alentar a expresar sus pensamientos, emociones e ideas de manera libre y sin juicios, lo que fomentaría una creatividad auténtica que podría ayudar en una mayor apertura y una mejor adaptabilidad en su entorno social.
La creación artística implica una reflexión profunda sobre la realidad, lo que la convierte en una herramienta para fomentar el pensamiento crítico en la infancia. Por ejemplo al explorar con distintas técnicas y estilos artísticos, los niños aprenderían a ver otras visiones y no solamente las convenciones establecidas y a desarrollar una mirada analítica del mundo. El arte nos permite abordar temas sociales y políticos desde una perspectiva distinta, lo que ayudaría a expresar sus opiniones y defender sus ideas.
Las artes plásticas, como lenguaje universal, ofrecen una plataforma para mostrar la diversidad cultural. A través del arte, los niños pueden conocer y apreciar diferentes tradiciones, costumbres y puntos de vista de diversas comunidades. No olvidemos que la interculturalidad resulta esencial para la construcción de una sociedad justa y solidaria, y el arte puede ser un puente para tender lazos de comprensión y respeto mutuo entre distintas culturas.
Cuando los niños son alentados a expresarse a través del arte, se les ayuda a que encuentren su voz e identidad en la sociedad, especialmente en contextos donde algunos grupos puedan sentirse marginados o desfavorecidos. El arte favorece que los niños se reconozcan a sí mismos y a sus comunidades, lo que conduce a una mayor cohesión social y un sentido de pertenencia. Además, el arte puede ayudar a abordar temas sociales complejos, como la discriminación o la desigualdad, y promover el diálogo y la acción colectiva en busca de soluciones.
La creación artística implica ponerse en el lugar del otro y comprender diferentes perspectivas. Al fomentar las artes plásticas en la infancia, se cultiva la empatía y la sensibilidad hacia los demás. Los niños aprenden a apreciar la diversidad de experiencias y a ser más receptivos ante las necesidades y luchas de los demás, habilidades fundamentales para construir una sociedad más solidaria y compasiva.
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