Por Félix Ayurnamat
5 de marzo de 2023
Considero que un deber como artista, es ayudar al público a analizar la construcción de los mitos que el mercado del arte crea. En este caso quisiera hablar de Banksy. La marca Banksy ha tenido éxito vendiéndose como un artista urbano, rebelde y contestatario al sistema, lo que ha resultado atractivo para un público joven que busca algo "diferente" en el mundo del arte. Sin embargo, el mercado del arte es quien ha construido el mito de Banksy convirtiéndolo en una marca comercial rentable, creando la figura de un artista antisistema que simboliza la rebeldía y el discurso contracultural.
Lo que quiero destacar, es que el discurso de Bansky es una contradicción, ya que aunque el se presenta como una postura crítica frente al sistema y el capitalismo, al final termina siendo una herramienta más del mercado para obtener beneficios. Para comenzar su obra se ha expuesto en galerías de arte, museos y exposiciones en diferentes países, y ha generado grandes ganancias para los mismos de siempre, lo que muchos no saben es que ha plagiado obras de otros artistas como Blek Le Rat, utilizando su estilo y conceptos para crear sus propias piezas. De esta manera, se puede ver que la figura de Banksy no es tan original como muchos creen y que su éxito comercial se debe más a una estrategia de marketing que a su talento artístico.
El discurso antisistema que presenta en su obra, es en realidad una forma de enmascarar su verdadera intención, que no es otra que la de lucrar económicamente con la rebeldía y la contestación. Así, Banksy se convierte en una herramienta del mercado, que busca atraer a un público sin mucho conocimiento artístico y ávido de estar a la moda.
La figura de Banksy es una muestra más de cómo el mercado del arte es capaz de construir mitos y convertirlos en marcas comerciales rentables, sin importar su autenticidad o su verdadero valor artístico. Su obra ha sido vendida en subastas por millones de dólares y sus exposiciones han sido muy populares en todo el mundo. Sin embargo, su autenticidad es cuestionable ya que se ha plagiado obras de otros artistas.
Siempre me ha parecido importante analizar cómo el mercado del arte es capaz de construir productos y convertirlos en marcas comerciales rentables, sin importar si su intención es auténtica o si su concepto va más allá de lo obvio. El caso de Banksy es un ejemplo más de esta práctica, que demuestra que en el mundo del arte, la construcción de marcas comerciales puede ser más importante que el valor artístico de las obras.
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