Está exposición busca expresar los secretos que nos dice en voz baja al horizonte. Bajo el título "Susurros del horizonte: Retratos melancólicos de un paisaje eterno", deseo reflexionar sobre la relación entre la memoria y la experiencia sensorial. Estas imágenes pintadas contienen emociones, momentos y la percepción del instante, esperando ser descubiertas por los visitantes.
Cada pincelada es un acto de invocación, un intento de materializar el efímero vínculo entre el hombre y el paisaje. Con cautela, mis manos deslizan los colores sobre el lienzo, recreando los matices cambiantes del cielo, la bruma que envuelve las montañas distantes o las tonalidades del mar al atardecer. A través de estas formas y colores, evoco las vivencias y lecciones que estos paisajes me han brindado, y las infinitas posibilidades que se despliegan al conocerse a uno mismo.
La vivencia del paisaje es un encuentro entre la mirada y la esencia del entorno, donde los sentidos se despiertan en una sinfonía de matices. Cada trazo busca capturar la melodía del viento entre los árboles, la cadencia del agua en un río sereno o el aroma a tierra mojada tras la lluvia. Estas imágenes son umbrales hacia un mundo interno, invitando al espectador a sumergirse en su propia memoria sensorial y despertar las emociones más profundas.
En cada cuadro, los retratos melancólicos de un paisaje eterno emergen para recordarnos que somos testigos fugaces de una vasta belleza que trasciende nuestro efímero paso por el mundo. Las imágenes son puentes hacia lugares que hemos habitado en el pasado, dejando una huella imborrable en nuestro ser. En esta exposición, busco propiciar un diálogo entre la obra y el espectador, un encuentro íntimo que permita descubrir en la contemplación una introspección personal, un viaje en el tiempo y el espacio.
Estas pinturas desean desentrañar los enigmas de la existencia y revelar la complejidad de la memoria. Invito a los visitantes a recorrer con ojos curiosos esta exposición, dejando que los susurros del horizonte los guíen hacia una conexión más profunda consigo mismos y con el vasto universo que nos rodea. Que esta experiencia sea un recordatorio de la importancia de abrir los sentidos y escuchar con atención, pues en cada pincelada hay un fragmento de vida que aguarda ser descubierto y compartido.
Félix Ayurnamat.
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