Recientemente se ha hablado mucho sobre el estallido social que puede devenir de continuar la actual situación económica y política del país. Políticos de oficio de toda índole han recurrido en sus discursos al estallido social como un chantaje político unos para asegurar más canonjías y otros para obtenerlas. Las propuestas hechas por el Espurio, sobre todo su propuesta fiscal ha sido el marco contextual para escuchar en los discursos de los políticos de oficio sobre las advertencias de un estallido social, algunos como una preocupación y otros como el “coco” del gobierno. De los hombres del sistema se ha escuchado de todo incluso el atrevimiento de decir que no pasa nada y que todo se debe resolver sobre la base del diálogo y la institucionalidad, que todo lo tienen controlado, llegando al caso de que hombres de la academia que juegan el papel de ideólogos del sistema tratan de justificar la imposibilidad de un estallido social y minimizan la existencia del movimiento revolucionario.