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En el diván: Harry Powell

  

Por: Andrea Méndez

14 de mayo de 2023

La película "The Night of the Hunter" es una obra maestra del cine negro estadounidense de 1955, dirigida por Charles Laughton y protagonizada por Robert Mitchum como el villano, Harry Powell, un predicador autoproclamado que se convierte en un asesino en serie en busca del dinero de una familia que vive en una pequeña ciudad de West Virginia. A través de su interpretación inquietante y magistral, Mitchum crea un personaje que es recordado como uno de los villanos más icónicos en la historia del cine.

El personaje de Harry Powell es un ejemplo clásico de un sociópata. La sociopatía se refiere a un trastorno de personalidad que se caracteriza por un comportamiento antisocial, la falta de empatía, el engaño y la manipulación de otros. Powell es un depredador astuto, manipulador y sin escrúpulos que busca explotar y controlar a aquellos que lo rodean para satisfacer sus propios deseos egoístas. Powell tiene una personalidad encantadora y carismática, que utiliza para ganarse la confianza de los demás, en este caso, la viuda Willa.

Powell utiliza su fachada de predicador para ganarse la confianza y la lealtad de los miembros de la comunidad. Pero su verdadera naturaleza se revela en su trato con los niños, Pearl y John, a quienes engaña y amenaza para obtener información sobre el paradero del dinero robado de su padre. Powell demuestra una notable falta de empatía hacia los niños, siendo incapaz de sentir culpa o remordimiento por sus acciones.

Además, Powell muestra una clara falta de conciencia y culpa por sus acciones, lo que se evidencia en su capacidad para justificar sus crímenes y comportamiento abusivo. Powell presenta un sentido de grandiosidad y de superioridad moral. Cree que está por encima de la ley y que tiene derecho a hacer lo que sea necesario para conseguir lo que quiere. Además, se presenta a sí mismo como un instrumento de la justicia divina, lo que le permite justificar sus acciones en nombre de Dios.

Se podría argumentar que Powell sufre de un trastorno de personalidad narcisista. Su necesidad de ser visto como un hombre de Dios, un líder y un modelo a seguir sugiere un deseo subyacente de controlar y dominar a otros. Powell también exhibe rasgos de sadismo, disfrutando de la sensación de poder que siente al intimidar y manipular a los niños indefensos.

La mano tatuada de Powell, que representa "amor" y "odio", es una manifestación visual de su dualidad y su tendencia a polarizar a los demás. Powell se ve a sí mismo como el salvador que está "en la lucha eterna entre el bien y el mal", pero en realidad, es un monstruo despiadado que carece de cualquier sentido de moralidad o compasión.

La conducta sociopática del protagonista puede ser atribuida a una infancia marcada por el abuso y la negligencia emocional. En la película, se hace referencia a que Powell fue criado en un ambiente violento y caótico, lo que puede haber influido en su falta de empatía hacia los demás. Asimismo, se puede apreciar que el tiene una visión distorsionada de la religión, en la que utiliza las escrituras para justificar sus acciones criminales y manipuladoras.

El personaje de Powell es un ejemplo de cómo la violencia y el abuso pueden tener consecuencias devastadoras en la vida de las personas.

 

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