Querido Félix
Espero que esta carta llegue pronto. ¡Te tengo noticias emocionantes de mi último viaje! ¡He estado en el mítico Shangri La! ¡Sí, has oído bien! Y déjame decirte, ¡fue una aventura que me hizo sentir como si hubiera viajado atrás en el tiempo a las crónicas de los viajeros de finales del siglo XIX!
Te cuento, una mañana soleada partí de mi hotel en busca de este legendario lugar. Atravesé montañas escarpadas y valles cubiertos de niebla, ¡como si estuviera en una película de Indiana Jones! Pero finalmente llegué a Shangri La, y te digo que parecía sacado de un cuento de hadas.
La vida cotidiana en Shangri La también fue algo digno de mención. ¡Imagina una ciudad donde el tiempo parece haberse detenido! Los habitantes llevan una vida tranquila y pacífica, en armonía con la naturaleza que los rodea. Vi a los agricultores trabajando en los campos con técnicas tradicionales, y los pastores cuidando de sus rebaños con reverencia. ¡Nada de la ajetreada vida moderna a la que estamos acostumbrados!
Y las historias que escuché allí eran de lo más curiosas. Algunos habitantes hablaban de la existencia de tesoros ocultos en cuevas secretas, mientras que otros creían en la leyenda de un dragón que protegía la región. ¡Incluso me contaron que algunos monjes eran capaces de volar o de curar enfermedades con sus poderes místicos! ¡Vaya cosas increíbles que escuche!
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