Por: El Universal
Jueves, 19 de Noviembre de 2009
-A 25 años de la explosión que acabó con la vida de 503 personas, gaseras y otras industrias de alto riesgo continúan ahí.
Jueves, 19 de Noviembre de 2009
-A 25 años de la explosión que acabó con la vida de 503 personas, gaseras y otras industrias de alto riesgo continúan ahí.
TLALNEPANTLA, MÉX.
San Juan Ixhuatepec todavía huele a gas y a miedo. Hace 25 años sus habitantes despertaron en el terror y el fuego. La repentina avalancha de lumbre envolvió mortalmente a 503 personas y dejó gravemente heridas a 926.
San Juan Ixhuatepec todavía huele a gas y a miedo. Hace 25 años sus habitantes despertaron en el terror y el fuego. La repentina avalancha de lumbre envolvió mortalmente a 503 personas y dejó gravemente heridas a 926.
La onda expansiva de las explosiones destruyó casi todo a su alrededor.
A las 05:40 horas la nube de gas que emanó de una tubería detonó al hallar un chispazo. Una explosión en cadena terminó con seis esferas gigantes de una planta de Pemex, que almacenaban combustible, disparando 48 cilindros como si fueran proyectiles hacia San Juanico y colonias aledañas.
El estallido dejó una estela de muerte.
Pero el tiempo no sanó las heridas. Al contrario: la piel reseca de las cicatrices se abre, y en vez de apoyo los afectados reciben olvido e indiferencia.
San Juan Ixhuatepec, o San Juanico, todavía huele a gas. Seis empresas gaseras y la planta de Pemex continúan ahí, junto con otras 20 industrias de alto riesgo. Miles de viviendas son edificadas, al amparo de las autoridades, en las inmediaciones del llamado polígono de seguridad, que dejó de existir con los años.
El alcalde de Tlalnepantla, Arturo Ugalde, reconoce que la lección de la catástrofe fue olvidada tanto por autoridades como por colonos, y el riesgo sigue, pese a que las gaseras y Pemex cuentan con estrictas medidas de seguridad.
"Persisten datos alarmantes, que de ninguna manera dejan fuera a Ixhuatepec de ser una zona de riesgo", dice.
Entre esos datos están los 250 mil habitantes de la zona oriente de Tlalnepantla, y la obstrucción de las dos rutas de evacuación: la avenida San José, que tiene 12 topes y semáforos, y Río de los Remedios, bloqueada por ambulantes.
Margarita Hernández García, de 63 años de edad; Manuela Pérez Morales, de 80 años y María del Rocío Mendoza Pineda, de 29, tienen varias cosas en común: sobrevivieron a las explosiones y todas tienen las marcas del fuego en la piel y problemas de salud derivados de las lesiones causadas ese lunes.
Nadie respeta el polígono
En 1984 la zona oriente de Tlalnepantla estaba formada por 13 colonias con 60 mil habitantes. Hoy hay 29 nuevas con 250 mil personas, sin contar a los recién llegados.
"Estoy sorprendido. Hace algunas semanas nos dimos cuenta de que, quizá por algún error, ya no aparece el polígono de seguridad en el último Plan Municipal de Desarrollo Urbano", expresa el alcalde Arturo Ugalde Meneses.
El polígono fue creado para contener la instalación de empresas de riesgo y viviendas, y facilitar el desalojo de personas en una emergencia.
Heriberto Soriano Franco, fundador de la Unión Popular Ixhuatepec (UPI), organización que durante dos décadas exigió la salida de las gaseras y de Pemex de su comunidad, asegura que el polígono de seguridad fue invadido.
"Vulcanos" sin recursos
La estación de bomberos de San Juanico está desmantelada. Cuenta con una motobomba, un camión cisterna, una camioneta, mangueras viejas y sólo dos equipos de respiración autónomos.
Sólo seis vulcanos prestan servicio en cada turno, cuando por lo menos debería tener 12 para cada turno. Se trata de una zona industrializada y de las de mayor riesgo en el país, argumentan.
El edil Arturo Ugalde Meneses reconoció que los bomberos han sufrido una suerte de desprecio en los últimos años: "Eso es una irresponsabilidad imperdonable. Yo quiero que estén bien".
Pemex y Edomex sabían de riesgo
Alfonso Olvera Reyes, ex alcalde de del municipio de Tlalnepantla en el periodo 1982-1984, en cuyo gobierno se registraron las explosiones, responsabiliza a Petróleos Mexicanos de la tragedia por no asumir "las medidas de seguridad necesarias para evitar el flamazo que se dio en una de las esferas".
Meses antes del accidente informó verbalmente y envió escritos a Pemex alertando sobre la falta de mantenimiento de la planta, debido a las constantes fugas de gas.
"Se hizo de palabra, por vía telefónica y por escrito. Inclusive en uno de mis acuerdos al señor gobernador —en aquel entonces, Alfredo del Mazo González—, en algún momento le informé del peligro que existía", reitera.
Soriano Franco recuerda que ha habido otros dos grandes accidentes en San Juan Ixhuatepec: el 23 de noviembre de 1990 se registró una explosión en la zona de válvulas del gasoducto que llega a la planta distribuidora de gas de Pemex, y el 11 de noviembre de 1996 estallaron y se incendiaron dos grandes depósitos de la Planta Satélite Norte de Pemex.
En esta última conflagración pereció el bombero de Tlalnepantla José Luis Romero del Toro.
"El riesgo sigue", dice Soriano.
A las 05:40 horas la nube de gas que emanó de una tubería detonó al hallar un chispazo. Una explosión en cadena terminó con seis esferas gigantes de una planta de Pemex, que almacenaban combustible, disparando 48 cilindros como si fueran proyectiles hacia San Juanico y colonias aledañas.
El estallido dejó una estela de muerte.
Pero el tiempo no sanó las heridas. Al contrario: la piel reseca de las cicatrices se abre, y en vez de apoyo los afectados reciben olvido e indiferencia.
San Juan Ixhuatepec, o San Juanico, todavía huele a gas. Seis empresas gaseras y la planta de Pemex continúan ahí, junto con otras 20 industrias de alto riesgo. Miles de viviendas son edificadas, al amparo de las autoridades, en las inmediaciones del llamado polígono de seguridad, que dejó de existir con los años.
El alcalde de Tlalnepantla, Arturo Ugalde, reconoce que la lección de la catástrofe fue olvidada tanto por autoridades como por colonos, y el riesgo sigue, pese a que las gaseras y Pemex cuentan con estrictas medidas de seguridad.
"Persisten datos alarmantes, que de ninguna manera dejan fuera a Ixhuatepec de ser una zona de riesgo", dice.
Entre esos datos están los 250 mil habitantes de la zona oriente de Tlalnepantla, y la obstrucción de las dos rutas de evacuación: la avenida San José, que tiene 12 topes y semáforos, y Río de los Remedios, bloqueada por ambulantes.
Margarita Hernández García, de 63 años de edad; Manuela Pérez Morales, de 80 años y María del Rocío Mendoza Pineda, de 29, tienen varias cosas en común: sobrevivieron a las explosiones y todas tienen las marcas del fuego en la piel y problemas de salud derivados de las lesiones causadas ese lunes.
Nadie respeta el polígono
En 1984 la zona oriente de Tlalnepantla estaba formada por 13 colonias con 60 mil habitantes. Hoy hay 29 nuevas con 250 mil personas, sin contar a los recién llegados.
"Estoy sorprendido. Hace algunas semanas nos dimos cuenta de que, quizá por algún error, ya no aparece el polígono de seguridad en el último Plan Municipal de Desarrollo Urbano", expresa el alcalde Arturo Ugalde Meneses.
El polígono fue creado para contener la instalación de empresas de riesgo y viviendas, y facilitar el desalojo de personas en una emergencia.
Heriberto Soriano Franco, fundador de la Unión Popular Ixhuatepec (UPI), organización que durante dos décadas exigió la salida de las gaseras y de Pemex de su comunidad, asegura que el polígono de seguridad fue invadido.
"Vulcanos" sin recursos
La estación de bomberos de San Juanico está desmantelada. Cuenta con una motobomba, un camión cisterna, una camioneta, mangueras viejas y sólo dos equipos de respiración autónomos.
Sólo seis vulcanos prestan servicio en cada turno, cuando por lo menos debería tener 12 para cada turno. Se trata de una zona industrializada y de las de mayor riesgo en el país, argumentan.
El edil Arturo Ugalde Meneses reconoció que los bomberos han sufrido una suerte de desprecio en los últimos años: "Eso es una irresponsabilidad imperdonable. Yo quiero que estén bien".
Pemex y Edomex sabían de riesgo
Alfonso Olvera Reyes, ex alcalde de del municipio de Tlalnepantla en el periodo 1982-1984, en cuyo gobierno se registraron las explosiones, responsabiliza a Petróleos Mexicanos de la tragedia por no asumir "las medidas de seguridad necesarias para evitar el flamazo que se dio en una de las esferas".
Meses antes del accidente informó verbalmente y envió escritos a Pemex alertando sobre la falta de mantenimiento de la planta, debido a las constantes fugas de gas.
"Se hizo de palabra, por vía telefónica y por escrito. Inclusive en uno de mis acuerdos al señor gobernador —en aquel entonces, Alfredo del Mazo González—, en algún momento le informé del peligro que existía", reitera.
Soriano Franco recuerda que ha habido otros dos grandes accidentes en San Juan Ixhuatepec: el 23 de noviembre de 1990 se registró una explosión en la zona de válvulas del gasoducto que llega a la planta distribuidora de gas de Pemex, y el 11 de noviembre de 1996 estallaron y se incendiaron dos grandes depósitos de la Planta Satélite Norte de Pemex.
En esta última conflagración pereció el bombero de Tlalnepantla José Luis Romero del Toro.
"El riesgo sigue", dice Soriano.
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