Por MFTX
Las posadas del Niño Pa en Xochimilco son una de las tradiciones más famosas y arraigadas en la alcaldía. El Niño Pa, también conocido como el "Niñopa", es una figura religiosa que ha sido venerada por más de 400 años, y es el centro de estas celebraciones que tienen lugar durante la época navideña, particularmente entre el 16 y el 25 de diciembre.
La figura del Niño Pa es un pequeño niño Jesús, de alrededor de 51 centímetros de altura. Se cree que tiene la capacidad de sanar a los enfermos y de influir en la vida de los habitantes de Xochimilco, siendo un símbolo de protección y esperanza. Su imagen ha sido custodiada por los habitantes de Xochimilco a través de generaciones, pasando de mano en mano y siendo preservada dentro de una tradición que se perpetúa hasta nuestros días.
El Niño Pa no es una figura que se guarde en un templo permanente, sino que recorre distintos barrios y comunidades de Xochimilco, donde cada año una familia diferente se encarga de su cuidado. Este sistema de mayordomías refleja una profunda relación de respeto y cariño hacia la figura religiosa, que se trata con el afecto que se reserva a un niño, rodeándolo de festividades, música y danzas. El culto a la imagen no es solo una celebración religiosa, sino una ocasión para reforzar los lazos comunitarios, reunirse y compartir una fiesta popular cargada de símbolos y costumbres locales.
En cuanto a las posadas, estas celebraciones se extienden durante nueve días, tal como en la tradición católica, y representan el viaje de María y José hacia Belén. Cada posada es organizada por una familia conocida como la "posadera", quien asume la responsabilidad de coordinar las actividades de la festividad, que incluyen misas, procesiones, danzas de chinelos, los fuegos artificiales, la comida y la fiesta, junto con otras actividades.
Además de la parte religiosa, las posadas del Niño Pa también son una oportunidad para que los habitantes de Xochimilco demuestren su hospitalidad y generosidad. Las familias comparten alimentos con los asistentes, mientras las calles se adornan. La música, principalmente la de los chinelos, una danza tradicional que combina elementos indígenas y mestizos, es fundamental en el ambiente festivo
La riqueza simbólica de estas posadas y de la veneración al Niño Pa reside en su capacidad para integrar elementos de la espiritualidad, la cultura popular y las relaciones comunitarias. Además de las celebraciones religiosas, se preserva una enorme cantidad de objetos dedicados a la figura del Niño Pa, como trajes, juguetes y muebles, que son ofrendados por los devotos como muestra de gratitud y devoción. La tradición también se encuentra vinculada con el ciclo agrícola y las prácticas de la comunidad, lo que fortalece su vínculo con la tierra y las costumbres ancestrales.
Esta temporada de posadas del Niño Pa son mucho más que una simple festividad religiosa; son una forma de preservar la identidad cultural de Xochimilco, una tradición que une a la comunidad y mantiene viva una de las costumbres más antiguas de la región. Esta tradición sigue siendo un pilar fundamental para la vida comunitaria y religiosa de Xochimilco, y su celebración representa un acto de permanencia cultural y espiritual.
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