Por Perrochinelo
¡Que onda bandita! ¿Qué tal la vibra de hoy e la ciudad, eh? Aquí su servidor, su perro callejero favorito. Hoy vengo a hablarles al chile de uno de los mega tesoros que tenemos en la capirucha: ¡la riqueza culinaria de los puestos callejeros de comida!
¿Se han dado un rol por las calles de la CDMX y han inhalado ese perfume celestial que flota en el aire? ¡A wilbur, mis cuates, es el aroma de la felicidad en forma de tacos, quesadillas y gorditas! Ni el perfume más caro de París puede competir con la esencia de la cocina callejera de nuestra querida ciudad.
Empecemos con las quesadillas, ¿no? Esas reinas del barrio que se cocinan en comal y se rellenan con todo lo que se te ocurra: queso, flor de calabaza, hongos, chicharrón, ¡hasta chapulines! Y si te toca un buen lugar, encontraras una salsa verde que te hará llorar de felicidad.
Pero no podemos olvidar a los sopes y las gorditas, esos hermanitos gorditos que te sacan de cualquier apuro. ¿Se han comido un sope de chorizo con su buena dosis de crema y queso? ¡Pura gloria en forma de masa y relleno! Y las gorditas, con su textura suave y su relleno jugoso, son como un abrazo calientito en pleno invierno.
Y qué decir de los tamales, ¿eh? Esos pedazos de cielo hechos de maíz que te hacen agua la boca desde que los ves vaporosos en su hoja de maíz o plátano. Ya sea de rajas, de mole, de dulce o de lo que se les antoje, los tamales son el desayuno, la comida y la cena perfecta para cualquier chilango que se respeta.
Pero aquí no termina la fiesta, ¡no señor! ¿Qué me dicen de chorrocientos tipos de tacos que hay en el defectuoso? Desde los clásicos de pastor y suadero hasta los exóticos de lengua y tripa, pasando por los gourmet de pescado y camarón. ¡Hasta el perro más exigente encontraría su taco ideal en las calles de la CDMX!
Y para acompañar todas estas delicias, ¿qué mejor que un buen atolito calientito en las mañanas frías de invierno? Con su sabor a canela y su textura cremosa, el atole es el compañero perfecto para empezar el día con el pie derecho.
Pero si lo tuyo son los chilaquiles, ¡ni te preocupes, compa! En esta ciudad hay chilaquiles para todos los gustos y bolsillos. Desde los tradicionales verdes o rojos con su buen chorro de crema y queso, hasta los gourmet con sus ingredientes fancy que te hacen sentir como un rey.
Y para cerrar con broche de oro, ¿qué tal una torta bien cargada de milanesa o de pierna? ¡Pura delicia entre dos panes! Ya sea en la mañana, a la hora de la comida o en la madrugada después de una buena fiesta, una torta bien hecha es el mejor antídoto para el hambre y la cruda.
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