Ir al contenido principal

La crónica del día: La semana santa

¡Querido Félix!

Permíteme contarte sobre los recuerdos de mi infancia que, hasta el día de hoy, ¡siguen persiguiéndome como las sombras en la noche! Y no, no me refiero a los infernales recuerdos de juegos en el parque o de fiestas de cumpleaños (eso ya será en otra ocasión), sino a las torturas cinematográficas a las que me sometían durante la semana santa.

Recuerdo con claridad cómo, año tras año, mi “querida” tía y mis primas presumidas me arrastraban a la sala de estar para ver todas las películas clásicas de la semana santa. No había escapatoria. Tenía que sentarme y soportar horas interminables de pasión, crucifixiones y sandalias romanas. ¿Por qué, oh, por qué no podíamos simplemente ver una comedia ligera o una película de aventuras? No, tenía que ser el sufrimiento en su máxima expresión.

Estaban las películas épicas como "Rey de Reyes" y "Ben-Hur", que parecían durar más que la propia semana santa. ¿De verdad necesitábamos tres horas de dramatización sobre la vida de Jesús o sobre un esclavo romano en busca de venganza? ¡Ni siquiera el sacro sudor de Charlton Heston podía hacer que esas películas fueran menos aburridas!

Pero lo peor de todo era la mirada de satisfacción en el rostro de mi tía y de mis primas mientras me obligaban a ver esas películas. Como si estuvieran disfrutando de mi tortura personal como si fueran judíos ante la crucifixión de Jesús. Oh, cómo deseaba que las diez plagas de Egipto cayeran sobre ellas.

Y no puedo olvidar las escenas de pasión y sufrimiento que se reproducían una y otra vez en la pantalla. La flagelación de Jesús, la coronación de espinas, la crucifixión. ¿Por qué teníamos que revivir esas imágenes año tras año como si fueran la última moda en entretenimiento? Me pregunto si alguna vez pensaron en el impacto psicológico que tendría en una joven mente en desarrollo.

En fin, Félix, las películas de semana santa me recuerdan a una época en la que mi inocencia fue sacrificada en el altar del aburrimiento y la religión. Pero ahora, años después, puedo mirar hacia atrás y reírme de esos recuerdos, aunque siempre desearé haber tenido la oportunidad de elegir una película más emocionante, como una comedia de Monty Pyton o una aventura de piratas.

Con mi usual falta de ánimo por la vida,

Rebeca Jiménez

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Carta de Belisario Dominguez

Señor presidente del Senado: Por tratarse de un asunto urgentísimo para la salud de la Patria, me veo obligado a prescindir de las fórmulas acostumbradas y a suplicar a usted se sirva dar principio a esta sesión, tomando conocimiento de este pliego y dándolo a conocer enseguida a los señores senadores. Insisto, señor Presidente, en que este asunto debe ser conocido por el Senado en este mismo momento, porque dentro de pocas horas lo conocerá el pueblo y urge que el Senado lo conozca antes que nadie. Señores senadores: Todos vosotros habéis leído con profundo interés el informe presentado por don Victoriano Huerta ante el Congreso de la Unión el 16 del presente. Indudablemente, señores senadores, que lo mismo que a mí, os ha llenado de indignación el cúmulo de falsedades que encierra ese documento. ¿A quién se pretende engañar, señores? ¿Al Congreso de la Unión? No, señores, todos sus miembros son hombres ilustrados que se ocupan en política, que están al corriente de los sucesos del pa

La Tardomodernidad

Sin duda lo que hay detrás del proyecto multiforme de vaciar el sentido en este época (que yo llamaría, más que postmodernidad, tardomodernidad) es la ambición de crear un nuevo hombre. Nietzsche lo dijo claramente, y hasta tuvo la ingenuidad de llamarlo Superhombre, idea más bien cómica que acaba en un comic : Superman. La vanguardia no lo dijo tan claramente. La ambición de La Révolution Surréaliste era cambiar al hombre, según su propia consigna. Cuando la revista pasa a llamarse Le Surréalisme au Service de la Révolution, esa consigna se supedita a la consigna marxista de cambiar el mundo. 15 DE ABRIL Sin duda porque aceptan que el camino para cambiar al hombre es cambiar el mundo. Pero esa aceptación no podía durar, y en efecto no tardó en venir la ruptura. Porque ese cambio puede entenderse de diferentes maneras. Las idea del cambio histórico como tarea del hombre era algo que Occidente había ido asumiendo poco a poco y estaba claramente asentada por lo menos desde el Romanticism

Agustín Muhlia 1942-2009 In memoriam

Por: Eduardo A. Rincón Mejía y Martha Aranda Pereyra En: Revista Solar M Marzo 2009 Uno de los científicos mexicanos más importantes y sobresalientes de nuestros tiempos, pionero en la investigación de la energía solar y un destacado y muy activo miembro de la comunidad solar mexicana e internacional. Dicen que cuando dos seres pasan mucho tiempo juntos terminan por parecerse, su genialidad así como su trabajo nos seguirán iluminando por muchos años, tal como el Sol. Por los caminos del Sol Agustín Muhlia Velázquez nació el 11 de marzo de 1942 en San Felipe Tlalmimilolpan, un pequeño pueblo aledaño a la ciudad de Toluca, estado de México. En una familia común con tres hermanas y cuatro hermanos, se distinguió desde pequeño por sus capacidades extraordinarias. La tecnología en él era un don que quizás le venía de familia, su abuelo José Velázquez fue inventor, le gustaba ponerle motores a las cosas y hacer aparatos. Era dueño de una empresa textil y al ver el talento natural de su nieto